Los Ángeles Press

Una conversación con la familia de Nestora Salgado en Olinalá

Tomás Holguín comparte su conversación con familiares de Nestora Salgado, en la comunidad de Olinalá Guerrero.
Con voz propia

Guadalupe Lizárraga

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Familia de Nestora Salgado en Olinalá Guerrero. Foto: Tomás Holguín

Tomás Holguín*

Estamos a finales del 2013 sentados a un lado de la familia de Nestora Salgado, en Olinalá, Guerrero. Nestora es la comandanta de la policía comunitaria de Olinalá, perteneciente a la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC). Sus familiares nos relatan quién es Nestora y cuál es su historia.

Con dolor, empiezan relatándonos la condición de Nestora desde que fue aprehendida por el ejército mexicano y la marina. Primero incomunicada y aislada en el penal de Tépic, Nayarit, donde la privaron de agua embotellada, de sus medicamentos para el dolor y del ejercicio que tiene indicados por el médico debido a una lesión que tiene en su columna cervical como secuela de un accidente. Nos comentan que fue hasta después de que una de sus hermanas diera una entrevista a un periodista y denunciara en organizaciones de derechos humanos la situación de la comandanta, que se le ha permitido a Nestora tener agua embotellada como al resto de presidiarias, así como los medicamentos para su dolor cervical; pero aún no le permiten ningún tipo de contacto social con nadie dentro del penal, es tratada como si fuera la peor sociópata de la nación.

De tema en tema, de situación en situación en que transcurre la charla, nos relatan cómo surgió la policía comunitaria de Olinalá y cómo Nestora llegó a ser su comandanta. Después de varios incidentes de robo y asesinatos que quedaron impunes ante la negligencia o complicidad de las autoridades municipales, el pueblo espontáneamente levanto el grito de justicia y la tomó por propia mano. Así surgió en primera instancia la policía ciudadana Onilalteca, que finalmente, al unirse a la CRAC, se denominó Policía Comunitaria de Olinalá. Y nos explican brevemente cómo funciona la CRAC: cada barrio de la comunidad elige quién puede y quiere ser parte de la policía comunitaria, para después de tener a los elegidos, la misma comunidad decide si esos o esas elegidas son hombres y mujeres de confianza y dignos de defender a la comunidad; si de alguno de ellos existiera algún tipo de sospecha o que por sus características personales (personalidad) no fuera de confiar para la comunidad, queda descartado/a como policía comunitaria.

Nestora no sólo fue elegida por su comunidad como la comandanta de la policía comunitaria de Olinalá, sino que por su temple, liderazgo y sentido de justicia, también fue nombrada coordinadora de la policía comunitaria, situación que no está permitida por la CRAC –es decir, que una sola persona tenga dos o más puestos o comisiones-, y que incluso la propia Nestora se negaba a asumir; pero la presión y el apoyo de su comunidad le exigieron que así debía de ser. Por ende, con todo el apoyo de su comunidad, Nestora se convirtió la primera mujer comandanta y coordinadora de una comunidad de la CRAC.

Y es que tanto los familiares y amistades que nos acompañaron en esta charla en la sierra baja de Guerrero, nos explicaron y relataron este gran sentido de justicia que transcurre por las venas y transpira por cada poro de Nestora. Dicen que desde pequeña, ya en la primaria, no era raro que defendiera a sus compañeritos más débiles o que tropezaban con algún infortunio. Desde entonces, su temple y sentido de justiciera social se empezaba a forjar, la gente de su comunidad lo reconoce.

Nos dicen sus compañeros policías comunitarios: creen que con el golpe que nos han dado, que por haber metido en prisión a Nestora y otros 13 policías comunitarios nos han debilitado; pero se equivocan, ahora estamos más fuertes.

Y efectivamente así parece ser, el 2 de diciembre del año en curso, hubo una marcha de 5 mil personas, entre policías comunitarios de distintas comunidades, maestros, normalistas, campesinos, familiares y amistades, exigiendo la libertad de los presos políticos, de sus compañeros. Lograron que para el día 11 de diciembre el gobierno estatal les concediera una mesa de negociación, y el 12 de diciembre volverán a marchar. Dicen que esto es un logro, pues antes sus marchas eran de si mucho, 700 a 800 personas.

Se animan y se alientan, reflejado en sus gestos fasciales, en el cambio del tono de voz, de sus posiciones y actitudes corporales, cuando les informamos de la campaña que se tiene en E.U.A. por la libertad de Nestora, de las protestas que se realizarán el 10 de diciembre en 5 ciudades de dicho país, protestando en los consulados mexicanos; de la carta que envían organizaciones fraternas de República Dominicana exigiendo al gobierno mexicano la libertad de la comandanta; se animan y nos confiesan que de todo esto están pendientes.

La propuesta se quedó en sus manos y nos refieren que pronto nos darán respuesta. Así es, ven con agrado iniciar con un acto en la ciudad de México, a principios del 2014, una campaña a nivel nacional por la libertad de Nestora Salgado y el resto de policías comunitarios presos.

De nueva cuenta, circunloquiando de tema en tema, otro tema frecuente es el de Revolución. Palabra que es parte de su vocabulario, la maneja sin problema, y nos dicen sin ningún tipo de resquemor: estamos preparados. Por último, filman un breve mensaje ofreciendo su solidaridad al resto de policías comunitarios, principalmente a las de Michoacán, y les recuerdan que no están solos.

La comida estuvo deliciosa, y mi compañero y yo nos quedamos con un grato sabor de boca al haber venido a Olinalá, Guerrero, pues nos topamos con demasiada dignidad y sinceridad.

*El autor es colaborador del Partido Obrero Socialista

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